Luego, comenzamos a jugar con la imaginación. Retomamos el trabajo anterior y nos dispusimos a crear nuestros mitos entorno a lugares significativos del barrio de Flores.
Aquí van algunos...
Plaza Pueyrredón.
El 5 de Septiembre de 1998, en la Plaza Pueyrredon, una señora, como hacía habitualmente todas las mañanas después de desayunar sola, sacó a pasear a su gato. Ella salía de su casa, daba vuelta a la manzana y luego iba a la plaza. Era una anciana solitaria que a la mayoría de la gente que la veía le llamaba la atención. Ella estaba siempre con su gato.
Los chicos del club del frente de su casa, que siempre la veían, la llamaban loca. Cuando ellos molestaban a su gato, la señora con su bastón, les decía que se larguen.
Un día los chicos del club se encontraron con la señora en la Plaza Pueyrredon y quisieron hacerle una broma: cuando la mujer se dio vuelta para levantar el excremento de su mascota, ellos le robaron el gato.
Doña Elena puso carteles dando recompensa por su gato y se quedó siempre sentada en uno de los bancos de la plaza con una bola de estambre esperando a su gato. Después de tres días, la señora murió. Justo el día que cumplia 90 años.
Se dice que aún se la escucha llorando y pidiendo por su gato en la Plaza Pueyrredón.
Kimberly Méndez Cardoza y María Belén Vera.
Escuela Alem - Iglesia San José de Flores.
Había un chico humilde que iba a la escuela Alem, pero cuando volvía a su casa sus padres nunca estaban. Entonces el chico iba a la iglesia San José de Flores para estar acompañado.
Un día cuando volvía de la escuela, se dio cuenta que, en su casa, habían cambiado la cerradura de la puerta. Por esto, fue a la Iglesia a dormir pensando que podía entrar al día siguiente. Pero no fue así. Decidió no ir más a la escuela y se quedó a vivir en la Iglesia para siempre.
Hasta que un mal día lo encontraron muerto en un banco de la iglesia. Al día siguiente encontraron un cuadro con la imagen del chico.
Ese mismo día se incendio la casa de los padres del chico y, a partir de ese momento, los padres aparecieron en el cuadro junto al chico. Ahora la familia va a poder estar junta.
Se dice que el incendio lo ocasionó el chico.
Sebastián Rodríguez Penza y Franco Finocchi.
(Futura) Estación de subte de Plaza Flores.
Querido Claudio:
Este verano sucedieron muchas cosas, pero la más atormentadora fue ésta...
Nunca más me voy a olvidar de ese día, hoy se cumplen dos semanas y todavía no me olvido.
El 20 de diciembre íbamos en camino a la casa de Natasha, hasta que sonó el teléfono. Era ella y dijo que nos esperaba en el subte de Flores, así que partimos para allá. Era de noche cuando llegamos.
El tren no venía. Nazarena se fijó la hora y el reloj daba las 22:30. Quisimos salir pero nos dimos cuenta de que las puertas estaban cerradas. Rocío intento mandarle un mensaje a Natasha pero no había señal.
Nos sentamos en un banco y vimos salir a un hombre de la oscuridad, un hombre muy pálido, que dijo estar en las mismas condiciones que nosotras. A lo largo de la noche nos contó una historia que trataba de un hombre que falleció arrollado por el subte. Se dice que todas las noches intenta escapar.
A la mañana siguiente, cuando nos despertamos, el hombre había desaparecido. En cuanto abrieron las puertas nos fuimos a la casa de Natasha. Vimos en la tele que el hombre que nos contó la historia era el protagonista de esta locura.
PD: Te quiero mucho y nunca tomes ese subte después de las 22:00 horas, porque se dice que ese loco sigue ahí.
Rocío Bustamante - Sabrina Giocolano - Natasha Schulz & Nazarena Tourreilles.
El niño des-aparecido.
Hace mucho tiempo, entre los años 1890 y 1915, se cuenta que un chico desapareció de la Escuela Leandro N. Alem. Nadie sabía qué había pasado. La madre del niño estaba desesperada. El padre, que padecía de amnesia, no recordaba nada. Él tendría que haber retirado al chico del colegio pero se olvidó.
Una noche, un hombre caminaba por la Plaza Pueyrredón. Se fijó la hora en su reloj y eran las nueve y diez minutos. Vio una figura que rondaba por la plaza, hasta que esa imagen entró en la Iglesia San José de Flores. El hombre curioso se echó a perseguirla. La corrió hasta cansarse. Era un niño que maldecía a todos los que pasaban por allí. Ese hombre sabía que un niño había desaparecido en la Escuela Alem. Se acercó al niño y le preguntó: - ¿Cuál es tu nombre? El pequeño respondió: - Esteban Núñez. El hombre indagó con voz quebrada: - ¿vos… sos… el chico que desapareció? Y el niño gritó: - ¡Sí!
Desde entonces no se supo más nada del hombre. Sólo encontraron unas fotos de una figura fantasmal tiradas en la Iglesia San José de Flores.
Thomas Vera Hüger.
En la Plaza Pueyrredón.
Un señor había salido de una cantina. Camino a su casa, se paró en la Plaza Flores a tomar un descanso. Se sentó en uno de los bancos.
Cuando los faroles comenzaron a prenderse y a apagarse, vio unas sombras entre los árboles. De uno de estos, salió un cuervo. Y de los demás salieron otros que vinieron hacia él y lo rodearon. Primero, hicieron un círculo y luego un remolino hasta que desapareció. Nadie más lo volvió a ver.
Aún hoy, varias personas de la plaza lo ven llevándose gente sin dejar rastros.
Un vagabundo solía ir frecuentemente a la iglesia San José de Flores. Un día lluvioso, el vagabundo no tenía dónde dormir, y se quedó en la Basílica.
Cerraron las puertas, apagaron las luces pero pasó algo: el vagabundo se quedó encerrado. Él tenía una linterna, empezó a mirar las esculturas hasta que se sorprendió porque faltaba una: la Virgen de Luján. No la encontró y se desesperó. Más tarde, desapareció la imagen de Jesús en la cruz. Se acercó al altar y esa imagen estaba invertida.
Nunca se supo quién lo hizo. Según el vagabundo, había sido la Virgen.
Marcos Gilardini Velásquez.
¡Famelli Resucitado!
Sucedió hace mucho tiempo, la muy conocida “Escuela Alem”, que quedó abandonada. Se cuenta que un día, una chica llamada Oriana decidió hacer una fiesta en dicha Escuela. Se contaba que un maestro había sido asesinado en el Aula de 7º Grado, su nombre era Claudio Famelli, un muy respetado profesor de Lengua, no se sabe por quien ni por que fue asesinado.
Llegó la noche de la fiesta, la escuela estaba muy maltratada y aterradora. Todos se divertían excepto Oriana, ella notaba cosas extrañas pero lo dejó pasar, y trató de divertirse. De repente las luces se apagaron y llegó la policía, los sacaron a todos. Pero Oriana y unos amigos, se escondieron y se quedaron para poder continuar con la fiesta. Subieron a las aulas, y a medida que subían escuchaban ruidos extraños en un aula, cuyo nombre era “7º GRADO”. Entraron y se encontraron con el esqueleto del profesor. Oriana observaba el cuerpo en el suelo y vio que tenía un diente de oro en su boca. Ella metió su mano para sacarlo pero el esqueleto la mordió y su dedo comenzó a sangrar, entonces fue al baño para lavarse y se sintió muy rara.
Cuando se miró al espejo ya no era ella, era un ¡DEMONIO! Sus amigos la buscaban pero se encontraron con un MONSTRUO. Ella los atacó y empezaron a correr. La puerta estaba cerrada, y no tenían salida, estaban perdidos, ¡ERA SU FIN!
Oriana atacó a dos de sus amigos, sus nombres eran Walter y Will, terminó por comérselos, pero faltaba su mejor amiga, Paloma. Ella se había escondido en un armario. Oriana la olfateó porque llevaba el perfume que ella le había regalado, la encontró y la mató.
Aún hoy sigue el mito, de que el espíritu de Claudio Famelli sigue esperando a su asesino en la Escuela Alem.
Daiana Ovelar & Ailen Aloia Maler.
Aún faltan más. Informatícenlos y me lo mandan a mi casilla de gmail. Estaría buenísimo publicarlos todos ya que están muy buenos. Besos y abrazos!!! Claudio.-
ResponderEliminarVamos chicos que siguen multiplicándose los mitos!!! Vamos con los que faltan!!! Besos y abrazos para tod@s, Claudio!!!
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